comedia

Spanish Catalan Chinese (Simplified) English French German Italian Japanese Korean Portuguese

Las vacaciones de M. Hulot

"Lo que me divierte, es pensar lo que le debe estar diciendo a lo lejos un agente al automovilista que acaba de pasarse un semáforo en rojo. No es su diálogo lo que me hace reír, sino precisamente el hecho de no escuchar nada. Y si le añado diferentes pasajes de gente que se detiene, mira, escucha, con sus diversas reacciones, o que se ven obligados a dar un rodeo  para evitar el tumulto, son estas múltiples situaciones lo que me hace reír"
Jacques Tatí
 

Director:
Jacques Tati

La ley de la hospitalidad

Segundo largometraje (aquí en codirección con John G. Blystone) tras Las tres edades (también de 1923), La ley de la hospitalidad es la primera gran obra de Buster Keaton, un film de ritmo trepidante y repleto de ingeniosos gags que combinan una puesta en escena eficacísima con el habitual despliegue físico de su protagonista en muchas de sus secuencias (especialmente  en la parte final de la película).
 

Director:
Buster Keaton

Amarcord

La memoria en sí no es la clasificación inmutable de algo, es el recuerdo creado por uno mismo, siempre problemático y cambiante, de un hecho vivido emocionalmente. La memoria somos 'nosotros mismos' que cultivamos, 'incubamos', mimamos y transformamos algo que creemos que nos ha pasado de una cierta forma. No existe la memoria en tanto que fenómeno inmutable
Federico Fellini
 

Director:
Federico Fellini

Rufufú

Considerada unánimemente como la obra que inaugura de manera oficial la llamada commedia all'italiana, la idea de Il Soliti ignoti surge, según parece, de un relato de Italo Calvino (Furto in una pasticceria), aunque resulta indudable que el film toma igualmente como fuente de inspiración la magistral Rififi, de Jules Dassin.

Director:
Mario Monicelli

Nacida ayer

Que el cine popular pasa por su época más aciaga es algo que se puede constatar quizá más que en ningún otro en el género de la comedia: no ya por el sonrojo que provoca acercarse a cualquiera de sus manifestaciones contemporáneas (destinadas casi exclusivamente a un público de mentalidad preadolescente) sino por la constatación de la falta de espíritu crítico de un género que, en su época de esplendor, se atrevió (o, más bien, se autoimpuso la necesidad) a cargar contra las más abominables figuras políticas del momento, empezando por el mismísimo Hitler, sin ir más lejos, para ofrecernos o

Director:
George Cukor

La pícara puritana

The Awful Truth fue inicialmente una obra teatral de Arthur Richman y ya antes de la adaptación de McCarey había dos filmes basados en ella: una versión silente de 1925 protagonizada por Warner Baxter, y una cinta de 1929 con Henry Daniell e Ina Claire, dirigida por Marshall Neilan. Harry Cohn tenía los derechos de esa última versión y le entregó el guion a Leo McCarey para que hiciera un remake.

Director:
Leo McCarey

Ser o no ser

En el cine de comedia están las grandes obras maestras y está To be or not to be, para quien esto escribe una de las más sublimes muestras que ha dado el género en los más de cien años de historia del séptimo arte: screwball, crítica política, comedia de enredo, guerra de sexos, representación, intriga bélica, cambios de identidad… todo ello aderezado con el inconfundible toque Lubitsch para ofrecernos una tan demoledora como oportuna sátira contra el nazismo.

Director:
Ernst Lubitsch

Luces de la ciudad

En la magistral secuencia inicial de la que es posiblemente la mejor comedia romántica de la historia del cinematógrafo, Charles Chaplin nos ofrece una ristra de momentos a cual más lacerante en los que el sempiterno personaje del vagabundo hace saltar por los aires la solemne ceremonia de inauguración de un ostentoso monumento público: primero, apareciendo plácidamente dormido en el regazo de una de las figuras escultóricas al ser izada la lona que cubre el conjunto; y seguidamente, enganchándose sus pantalones en la espada de una segunda figura, para acabar depositando sus nalgas en pleno rostro de la misma, ante la indignación de las autoridades y público asistente.

Director:
Charles Chaplin

El maquinista de La General

En su autobiografía, Buster Keaton insiste en presentarse a sí mismo no como un artista, sino como un mero cómico que buscaba entretener a su público. Pero es obvio alguien que no fuera más que un cómico no habría dirigido algunas de las mejores películas de la historia del cine, como es el caso de El Maquinista de la General, una obra que demuestra que por mucho que Keaton se viera a sí mismo como un artista de vodevil que se había trasladado al cine, en realidad era uno de los mejores directores de su época.

Director:
Buster Keaton