El beso mortal
Kiss me Deadly, tercer largometraje de Robert Aldrich tras su doble incursión en el western con Apache y Veracruz (ambas de 1954), es una película extraña e impensable en el cine contemporáneo: concebida como una de las clásicas producciones de serie B de la década de los cincuenta (un modelo que ofrecería no pocas joyas aprovechando justamente su condición minoritaria y, por tanto, la menor atención recibida por parte de los guardianes del pensamiento políticamente correcto), se diría que Aldrich se aprovecha de las convenciones del formato para abordar esta hist