La ley del silencio

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La ley del silencio
Director:
Elia Kazan

Título Original: On the Waterfront / Año: 1954 /  País: Estados Unidos / Productora: Columbia Pictures / Duración: 108 min. / Formato: B/N - 1.37:1
Guión: Budd Schulberg (Artículo: Malcom Johnson) / Fotografía: Boris Kaufman / Música: Leonard Bernstein
Reparto:  Marlon Brando, Eva Marie Saint, Karl Malden, Lee J. Cobb, Rod Steiger, Pat Henning, Leif Erickson, James Westerfield, John Heldabrand, Rudy Bond, Martin Balsam, John Hamilton
Fecha estreno: 22/06/1954 (Japón) - 28/07/1954 (NY)

Lo difícil, en la vida, no es cuando se quiere a alguien, sino cuando los dos sentimientos coexisten. Y tales son mis relaciones con América. Verdaderamente la quiero y estoy muy resentido con ella (...). Y me atacan de lados opuestos: algunos, a causa de mi testimonio, me tratan de reaccionario, pero muchos más son aquellos que dicen que muerdo la mano que me ha dado de comer, que soy anti-americano. Siempre hay fuego en mis películas. Es una manera de expresar lo que me gustaría hacer con ciertos aspectos de la vida americana
Elia Kazan
 
Es evidente que no se puede disociar la existencia de una película como On the waterfront de la experiencia personal de Elia Kazan, cuando accedió a colaborar con el Comité de Actividades Antiamericanas, en 1952 (durante la tristemente famosa 'caza de brujas' de Hollywood). Son muchas las posibles interpretaciones sobre el propósito de Kazan al rodar esta película tan solo dos años después de su testimonio: desde el intento de justificar su actuación, hasta una búsqueda de cierta disculpa por ello, pasando por la simple exposición de los hechos (lógicamente desde su punto de vista) para que queden a juicio del espectador. Sea como sea, lo cierto es que estamos ante una obra extraordinaria, tan rotunda en la forma como compleja temáticamente, en la que no existen blancos y negros sino una extensa gama de grises (también literalmente, gracias a la espléndida fotografía de Boris Kaufman) y que supone además una de las miradas más realistas de los bajos fondos de cualquier ciudad portuaria (aunque rodada en New Jersey, la película no se ubica en ninguna ciudad en concreto) de la Norteamérica de los años 50.
 
Rodada íntegramente en escenarios naturales, aprovechando el sonido ambiente de los exteriores en todas las secuencias y utilizando trabajadores reales para las escenas en los muelles, Kazan consigue transmitir esa sensación de realismo que confiere gran autenticidad a cada una de las escenas. Ya desde el mismo arranque de la película, con el asesinato de Joe Doyle, las ventanas de los apartamentos con la ropa tendida (fotograma 1), el viejo patio que sobrevuela la paloma que utiliza Terry Mallow (Marlon Brando) para delatar al estibador, y el posterior plano general de la fachada con los vecinos encendiendo las luces (alarmados por el ruido del cuerpo de Doyle al caer al vacío) marcan claramente el ambiente en el que se va a desarrollar la historia y el modo en que Kazan va a plasmarla en imágenes.
 
Esta primera secuencia es crucial, puesto que expone con claridad el conflicto que plantea la película en torno al tema de la delación: Terry es al inicio un delator al servicio de los mafiosos del sindicato (una delación, en este caso prácticamente inconsciente, aunque no por ello menos reprobable) y se convertirá más adelante en un delator al servicio de la justicia (en un acto ya plenamente consciente y moralmente justificado). En este transcurso, Kazan utiliza con gran habilidad una extensa gama de matices, tanto en la variedad de personajes, como en sus distintas motivaciones, muchas veces contradictorias (piénsese por ejemplo en el trágico personaje de Charley - Rod Steiger -, el hermano de Terry) que logran provocar en el espectador un sentimiento ambivalente en torno al conflicto que se nos plantea. No hay verdades absolutas en esta película, sino personajes que se debaten entre la lucha por la supervivencia (el beneficio individual) y la responsabilidad moral hacia la comunidad (el bien común), con todos sus errores y contradicciones.
 
Lógicamente, hay en el protagonista una indudable evolución, desde el "yo no sé nada, no he visto nada y no voy a decir nada" del inicio de la película hasta el compromiso que la va a llevar finalmente a la acción. Un compromiso que se empieza a gestar a partir de su relación con Edie (Eva Marie Saint), la hermana del asesinado Joe, y del conflicto moral que esta circunstancia le provoca. Si bien al principio, Terry no es en absoluto consciente de ese conflicto, tal como vemos en la escena que reúne por primera vez a los dos personajes a la salida de la iglesia (a la que ambos han acudido por contrarios motivos: Edie para escuchar las combativas palabras del padre Barry - Karl Malden - y Terry para vigilar al grupo congregado a tal propósito): Kazan muestra la gran distancia 'moral' que existe entre Terry y Edie utilizando de manera magistral el sonido ambiente del escenario, que opera como una auténtica barrera sonora que dificulta el diálogo entre ambos. Por el contrario, en la siguiente escena entre la pareja, que tiene lugar en la azotea en la que Terry tiene sus palomas, la comunicación es ya mucho más fluida (no en vano, el de la azotea representa para el protagonista el único espacio de libertad, alejado de sus obligaciones para con los matones de Friendly - Lee J. Cobb ), lo que provocará en Edie el inicio de su sentimiento de afecto hacia Terry. Y esa toma de conciencia del protagonista se materializa definitivamente en la bella escena en la que Edie le regala a Terry la chaqueta de su hermano asesinado (fotograma 2), 'transfiriéndole' la responsabilidad moral de continuar la tarea que aquél había iniciado (la lucha contra los mafiosos del sindicato) y por la cual fue asesinado.
 
A partir de este momento, Terry empieza a ser un personaje activo, tomando por fin una responsabilidad que le llevará primeramente a asumir moralmente las consecuencias de sus actos (confesándole a Edie su involuntaria participación en el asesinato de su hermano, en la magnífica escena en el muelle en la que el sonido de una sirena nos impide escuchar sus palabras) para seguidamente enfrentarse a su hermano Charley (al que le reprocha por primera vez el que fuera el responsable del final de su carrera como boxeador), en la escena que precede al asesinato de éste por parte de Friendly (otra secuencia ejemplar, en la que Kazan utiliza de manera habilísima una puesta en escena que primero muestra a los dos hermanos en el mismo plano, para aislarlos posteriormente mediante sendos primeros planos cuando surgen las diferencias - "fuiste tú, Charley" -, y reunirlos finalmente de nuevo en un mismo plano en lo que será su despedida definitiva - fotograma 3).
 
Una toma de conciencia que es ya definitiva tras el asesinato de Charley y que llevará a Terry a asumir por partida doble su responsabilidad: consigo mismo, declarando contra Friendly ante la justicia, y con la comunidad, en la magnífica escena final de la película (fotograma 4) en la que, tras recibir una tremenda paliza por parte de los esbirros de Friendly, Terry se pone a la cabeza de los estibadores y avanza a duras penas hacia su puesto de trabajo, al que accederá finalmente seguido del resto de trabajadores, que se atreven por fin a desobedecer las amenazas del mafioso. Es el corto pero arduo trayecto que lleva al protagonista (y al director de la película) a la restauración de la propia dignidad.
 
David Vericat
© cinema esencial (noviembre 2013)

VÍDEOS: 
Trailer (V.O.I.)

Comentarios

Dave, me has hecho verla de nuevo. Maravilla. Pantone de grises.

Y como corresponde, en pantalla grande ;-) Bien!

Comentario muy bueno, sin apasionamiento, diciendo en verdad lo que se ve en la película, felicitaciones por tan buena reseña.

Muchas gracias, Vicente!

Una obra maestra y un muy buen análisis.

Destacar también las palomas que aparecen y los halcones que se mencionan y el paralelismo que existe con los mafiosos del sindicato y los estibadores, el padre, Edie y Terry.

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