Colorado Jim

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Colorado Jim
Director:
Anthony Mann

Título Original: The Naked Spur / Año: 1953 / País: Estados Unidos / Productora: Metro-Goldwyn-Mayer / Duración: 91 min. / Formato: Color - 1.37:1
Guión: Sam Rolfe, Harold Jack Bloom / Fotografía: William C. Mellor / Música: Bronislau Kaper
Reparto: James Stewart, Robert Ryan, Janet Leigh, Millard Mitchell, Ralph Meeker, Denver Pyle
Fecha estreno: 06/02/1953 (Denver, Colorado - premiere) - 25/03/1953 (N.Y.)

“Elegir la manera de morir, ¿cuál es la diferencia? Elegir la manera de vivir, eso es lo difícil”, le reta el forajido Ben Vandergroat (Robert Ryan) al cazarecompensas Howard Kemp (James Stewart) en un momento de Colorado Jim (ridículo título español del original y mucho más oportuno The Nacked SpurLa espuela desnuda); película que, como en todos los títulos del tándem Mann-Stewart, nos muestra a un personaje torturado por un pasado que condiciona de manera decisiva sus acciones y personalidad en el presente. Pero, a diferencia del protagonista de Horizontes lejanos, que lucha por redimirse de su oscuro pasado como guía de una caravana de colonos, el héroe de The Nacked Spur realiza un recorrido inverso: abandonado por su prometida mientras combatía en la Guerra Civil (tras vender ésta la granja en la que pretendían establecerse y huir con el dinero), Kemp se convierte en un despiadado cazarecompensas con el objetivo de conseguir el dinero necesario para recuperar su antigua propiedad. Su lucha, por tanto (y eso es lo que hace singular y especialmente atractiva la película), consiste en dominar cualquier atisbo de ética o moralidad en su comportamiento a fin de lograr su objetivo. Una regresión moral que queda claramente expuesta en el magnífico plano inicial que sirve de fondo para los títulos de crédito de la película: tras la reposada imagen de un espectacular paisaje (los paisajes, siempre tan determinantes y tan en relación con la evolución psicológica de los personajes en la narrativa de Mann), la cámara realiza un rapidísimo y violento movimiento panorámico hasta el plano detalle de la espuela del protagonista, al que seguidamente vemos alejarse a lomos de su caballo siguiendo la pista de su presa (el paisaje inicial, representando la vida pasada de Kemp, contra el plano detalle de la espuela desnuda, como imagen de la su actual modo de vida como cazarecompensas – fotogramas 1 y 2).
 
A partir de este arranque, todas las acciones de Howard Kemp van a estar dominadas por su egoísmo y falta de escrúpulos para conseguir su objetivo: hacerse con la recompensa de 5.000$ por la captura del fugitivo Ben, acusado de asesinar a un sheriff en Kansas. Un objetivo que no se respalda en ninguna motivación moral o de justicia, hasta el punto de que el cazarecompensas no muestra ningún interés por llegar a saber si Ben es realmente culpable del delito del que se la acusa (“Él no le mató”, argumenta la joven compañera de Ben, Lina Patch - Janet Leigh -, ante lo cual la respuesta de Kemp no puede ser más explícita: “La recompensa la pagan por él”). Así, Kemp no dudará en ofrecer veinte miserables dólares al viejo buscador de oro Jesse Tate (Millard Mitchell) para que éste le ayude a seguir el rastro de Ben, ocultando la información de la cuantiosa recompensa ofrecida por su captura. Una información que tampoco dará al exteniente Roy Anderson (Ralph Meeker), quien se une a los dos perseguidores, cuando éste le ayude de forma decisiva en la captura de Ben, y que será el propio forajido el que se encargará de revelar con la intención de sembrar la discordia entre sus tres captores para tener alguna posibilidad de escapar durante el viaje de regreso a Kansas. (Es interesante recordar aquí la revisión de esta situación argumental que hiciera unos años más tarde Budd Boetticher en la magistral Cabalgar en solitario, revirtiendo las motivaciones de su protagonista con respecto a las del personaje principal de la película de Mann: mientras aquí el único objetivo de Howard Kemp es la obtención de la recompensa, el héroe de Boetticher – al que también se unen unos pistoleros para obtener su parte de la recompensa – únicamente persigue la venganza por el asesinato de su esposa, desdeñando completamente la recompensa material por la captura del asesino).
 
“Yo no hice nada y él empezó a perseguirme… durante días, semanas, como un animal”, se lamenta el prisionero Ben en un descanso de su travesía, y el espectador no puede evitar sentir cierta empatía con el forajido ante la ciega determinación del protagonista, como si Mann se empeñara (en ésta y sus otras cuatro colaboraciones en el género) en querer echar por los suelos la etiqueta de perfecto-héroe-anónimo-americano que James Stewart había forjado con sus interpretaciones durante buena parte de su carrera. Y así, veremos a Kemp apuñalando salvajemente a uno de los pieles rojas que atacan a la expedición (en una acción casi idéntica a la que protagonizará Glyn McLyntock en Horizones Lejanos, aunque allí el personaje acabará por dominar su ira y no culminará la acción); retar a Ben para poder dispararle aprovechando la situación de debilidad del su prisionero; reaccionar desconfiado ante los cuidados que le dedica Lina cuando cae herido en el ataque de los pieles rojas (incapaz de comprender una reacción de generosidad que él ha desterrado de su código de conducta - fotograma 3); o luchar con todas sus fuerzas para sacar el cuerpo ya sin vida de Ben de la violenta corriente de un río para poder obtener la recompensa ante la mirada alucinada de Lina, que trata de hacerle desistir de su empeño (fotograma 4).
 
Previamente, Howard Kemp se enfrenta finalmente con Ben (fugado durante la noche con la ingenua complicidad de Jesse Tate) logrando, esta vez sí, escalar la roca desde la que el forajido acecha (una roca idéntica a la que Kemp no fue capaz de escalar en la primera captura de Ben, y que se erige por tanto en símbolo del colapso psicológico que ya está preparado para superar - fotograma 5) y lanzándole al rostro una de sus espuelas (elemento con el que descarga en su oponente toda la rabia y la ira acumuladas).
 
“Sólo me importa el dinero. ¡Soy así! Lo llevaré. Te lo juro, ¡lo cambiaré por dinero!”, insiste Kemp entre sollozos antes de derrumbarse y empezar a cavar una tumba en la que, junto al cuerpo sin vida de Ben, acabará por enterrar definitivamente el odio y la furia para iniciar un nuevo camino lleno de esperanza junto a la joven Lina, tal como vemos en el hermoso plano que cierra la película.
 
David Vericat
© cinema esencial (septiembre 2016)

VÍDEOS: 
Trailer (V.O.I.)

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