Fat City, ciudad dorada
"El ayer está muerto y ya pasó
y el mañana aún no se ve.
Es triste estar solo.
Ayúdame a pasar la noche."
"El ayer está muerto y ya pasó
y el mañana aún no se ve.
Es triste estar solo.
Ayúdame a pasar la noche."
Johnny Guitar es un western que rompe buena parte de las convenciones del género: al contrario de lo que hace pensar el título, el papel protagonista lo encarna una mujer; en lugar de grandes exteriores se desarrolla casi íntegramente en un el interior del local de Vienna (Joan Crawford); las escenas con largos diálogos sustituyen los duelos y las cabalgadas en las praderas… No en vano, por su estructura y estilización, el film de Ray adopta un tono inequívocamente operístico que acentúa el carácter dramático de la película y la sitúa como una de las obras más singulares no ya en s
La imagen es imborrable: al hombrecillo recién recuperado de una crisis nerviosa le recomiendan tranquilidad y una vida en calma. Va por la calle con su sombrero hongo, su chaqueta estrecha y sus grandes zapatos, y a su lado un camión deja caer una bandera (roja, supongo) que advertía sobre su carga larga. El hombrecillo la recoge y apura el paso gritándole al conductor del camión mientras agita la bandera, sin notar que a su espalda se aproxima una manifestación callejera que, rauda, lo acoge como a uno más de sus miembros (fotograma 1).
De entre todos los proyectos fallidos de Martin Scorsese, New York New York es para quien esto firma el más bello y estimulante (hasta el punto de figurar en la lista de sus cinco películas que prefiero).
“Todos nuestros esfuerzos deberían encaminarse a librar al cine de aquello que no le es propio, de todo lo que es innecesario y trivial y proviene de otras fuentes - todos los trucos, gags y actividades que no pertenecen al cine sino al teatro y a los libros (...). Debemos buscar cada vez mayor sencillez y dedicación a la técnica y materiales puramente cinematográficos”
Friedrich W. Murnau
Además de una excelente comedia romántica y uno de los títulos germinales de la screwball comedy (género que, podríamos convenir, inaugura un par de años antes Lubitsch con la magistral Un ladrón en la alcoba), Sucedió una noche ostenta el mérito de ser una de las primeras, sino la primera, grandes road movies de la historia del cine, un subgénero que, a partir de la irrupci
“Detesto las angulaciones extrañas, los objetivos deformantes. Así es muy fácil despistar al espectador. Mientras que permanecer muy cerca de los actores, no utilizar nunca trucos y, sin embargo, crear una atmósfera extraña, es mucho más difícil”
Jacques Tourneur
Iba siendo hora ya de incluir en esta página una película de Stan Laurel y Oliver Hardy, o El Gordo y el Flaco, como siempre los hemos conocido por estos lares. Y escribo “de Stan Laurel y Oliver Hardy” porque en pocos casos como en el de la pareja cómica las películas son tan o más de sus protagonistas como de sus directores (aquí James W. Horne, con la supervisión de Leo McCarey).
“Esta historia se refiere a la vida de un tal Nanook (el oso), su familia y un pequeño grupo de seguidores, los ‘Itivimuits’ de Hopewell Sound, Ungava del Norte. Gracias a su amabilidad, fe y paciencia se hizo esta película”
“Hace 200 años el gran páramo de Dorsetshire corrió salvaje y sombrío hasta el mar. Aquí, en escondidas cuevas y solitarias aldeas, las bandas de contrabandistas realizaban su provechoso trabajo. Y aquí, en una tarde de octubre del año 1757, un muchachito vino en busca de un hombre del que creía ser su amigo”