Título Original: Alice in den Städten / Año: 1974 / País: RFA / Productora: Produktion 1 im Filmverlag der Autoren / WDR / Duración: 110 min. / Formato: BN - 1.37:1
Guión: Wim Wenders & Veit von Fürstenberg / Fotografía: Robby Müller / Música: CAN
Reparto: Rüdiger Vogler, Yella Rottländer, Lisa Kreuzer, Edda Köchl, Didi Petrikat, Ernest Böhm
Fecha estreno: 03/05/1974 (TV - RFA) - 17/05/1974 (RFA)
Philip Winter (Rüdiger Vogler) es un periodista que viaja por los Estados Unidos en busca de una historia. Cargado con su bloc de notas y una vieja polaroid, toma apuntes y fotografías de los lugares y personas con las que se cruza (fotograma 1), sin encontrar nada que le permita fijar el rumbo en una dirección determinada: “Fue un viaje horrible. Perdí completamente las referencias. Pensé que podría continuar así siempre. No estaba en este mundo”, le confiesa a su regreso el protagonista a su amiga Ángela (Edda Köchl) antes de que ésta le conmine a abandonar su apartamento, hastiada por su actitud (“Llevas así mucho tiempo. No tenías que atravesar América para eso. Perdiste el norte cuando perdiste el sentido de tu identidad.”).
Personaje a la deriva, sin historia ni identidad, tal como se desprende del (excesivamente) explícito diálogo con Ángela (un Wenders todavía balbuceante, en su cuarto largometraje, con respecto al poder de la imagen cinematográfica), Phil Winter decide regresar a su Alemania natal, y será justamente a través de su casual encuentro con la pequeña Alicia (una extraordinaria Yella Rottländer) cuando podrá emprender el viaje que le permitirá terminar la historia de su propia búsqueda.
“Cuéntame algo de ti”, le pide la pequeña Alicia al protagonista cuando llegan a Amsterdam (a donde Phil ha viajado junto a Alicia, después de que la madre de ésta, Lisa - Lisa Kreuzer – desapareciera justo antes de emprender el vuelo con el pretexto de ir a solucionar los problemas con su pareja), y ante la lacónica respuesta del protagonista (“No sabría qué”), la joven coge su Polaroid y le toma una fotografía: “Por lo menos sabrás cómo eres”. Phil, que durante su periplo se lamentaba de que las fotografías “nunca muestran realmente lo que ve la mirada”, se enfrenta por primera vez ante su propia imagen, en un bello plano en el que el rostro del protagonista se funde con el reflejo del de Alicia (fotograma 2 - elocuente imagen de la complicidad que se va forjar entre los dos personajes a partir de este momento).
Tras esperar infructuosamente la llegada de Lisa al día siguiente en el aeropuerto, Phil se siente obligado a acompañar a Alicia a Wuppertal, ciudad en la que la pequeña asegura que vive su abuela (después de que Phil enumere alfabéticamente todas y cada una de las localidades de la región, en una emotiva y divertida secuencia en los baños del aeropuerto, en donde Alicia se ha encerrado tras el disgusto por la ausencia de la madre). Y de nuevo, una vez en Wuppertal, el protagonista se verá impelido por su joven acompañante a construir una historia cuando, desde la cama del modesto hotel, ésta le reclama: “¿Me cuentas un cuento?”.
La búsqueda como elemento motor del movimiento, y éste como objetivo vital en sí mismo, (tan característico en adelante en la mayoría de los protagonistas de la filmografía de Wenders), con la particularidad aquí de que esa búsqueda supone un movimiento opuesto en los dos protagonistas (hacia sus orígenes, por parte de Phil; de crecimiento, por parte de Alicia) que les llevará sin embargo a converger en un punto en el que ambos personajes parecen alcanzar el grado máximo de complicidad (plasmado en la secuencia del baño en el lago, justamente después de la decepción por haber encontrado la casa de la abuela y descubrir que ésta ya no vive en la misma). Y será precisamente cuando Phil decida ir a visitar a sus padres, acompañado de Alicia, cuando la policía les intercepta con la orden de conducir a la pequeña a Munich, en donde ha sido localizada su abuela.
“¿Qué vas a hacer en Munich?”, le pregunta Alicia al protagonista, a bordo del tren que les conduce a Múnich. “Acabaré esta historia”, responde Philip Winter, narrador al fin de la historia que andaba buscando, el relato de su propia existencia (fotograma 3).
David Vericat
© cinema esencial (abril 2015)
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