Nanook, el esquimal
“Esta historia se refiere a la vida de un tal Nanook (el oso), su familia y un pequeño grupo de seguidores, los ‘Itivimuits’ de Hopewell Sound, Ungava del Norte. Gracias a su amabilidad, fe y paciencia se hizo esta película”
“Esta historia se refiere a la vida de un tal Nanook (el oso), su familia y un pequeño grupo de seguidores, los ‘Itivimuits’ de Hopewell Sound, Ungava del Norte. Gracias a su amabilidad, fe y paciencia se hizo esta película”
“Hace 200 años el gran páramo de Dorsetshire corrió salvaje y sombrío hasta el mar. Aquí, en escondidas cuevas y solitarias aldeas, las bandas de contrabandistas realizaban su provechoso trabajo. Y aquí, en una tarde de octubre del año 1757, un muchachito vino en busca de un hombre del que creía ser su amigo”
"Desconfiad de los falsos profetas que se cubren con pieles de cordero, pero que en su interior son lobos furiosos. Por sus actos les conoceréis."
La primera vez que vemos a Apu (Subir Banerjee) ya como niño (después de haberlo visto en el prólogo de la película como bebé) lo hacemos en el momento en que su hermana Durga (Uma Das Gupta) le despierta para hacerle ir a la escuela. Y lo primero que vemos del joven protagonista es uno de sus enormes ojos asomando por el orificio de la manta que le cubre totalmente, elocuente y bellísima presentación del personaje a través de cuya mirada se va a vertebrar la narración de este emotivo poema sobre la vida y la muerte que supuso la irrupción de Satyajit Ray en el panorama cinematográfico con la primera entrega de una de las más fascinantes y hermosas trilogías de la historia del séptimo arte.
En la lista de adaptaciones absurdas de títulos de películas al español, la de El demonio del mar debería estar indiscutiblemente entre las de cabeza, sin que sirva de descargo que el original, Down to the Sea in Ships (que, entiendo, se podría traducir como Surcando el mar en navíos), tampoco sea especialmente logrado y no haga justicia en todo caso a las virtudes de la es que para mí, no solo la mejor película de Hathaway (de las que conozco) sino, además de un extraordinario film de aventuras, una de las más bellas historias de amistad y aprendizaje de la hist
Hay pocos personajes en la historia del cine que susciten a la vez tanto repudio y tanta piedad como el Jaibo (Roberto Cobo) de Los olvidados, tercera película de Buñuel en su exilio en Méjico y la primera gran obra maestra de la que es, para mi gusto, su etapa más brillante (la que cubre toda su etapa mejicana hasta El ángel exterminador, incluyendo por supuesto la española Viridiana).
Si hay un elemento característico en el cine de Bresson es su búsqueda (y consecución) de lo transcendental a través de los personajes más desfavorecidos o marginales de la sociedad, bien sea un condenado a muerte, un carterista, un burro de carga, o esta Mouchette que da título al octavo largometraje del director francés
"Espera un poco
Que pronto viene el coco
Con su cuchillo
Para hacerte picadillo"
Igual que en la posterior El hombre que mató a Liberty Valance con respecto a la desaparición del salvaje oeste ante la irrupción de la ley y el orden impuestos por los nuevos tiempos, hay en ¡Qué verde era mi valle! un llanto sereno y resignado por un mundo de viejos valores que debe ceder paso irremisiblemente a una nueva época marcada por las reivindicaciones laborales y sociales frente a la opresión económica y religiosa de principios del pasado siglo.
Como en casi todas las películas que conozco de su filmografía, la trama argumental de Nathalie Granger, cuarto largometraje de Marguerite Duras, se puede resumir en apenas un par de líneas: en una vieja casa, Isabelle (Lucia Bosé) comparte con su amiga (Jeanne Moreau) su inquietud a causa del comportamiento rebelde de su hija Nathalie (Valerie Mascolo) y su dificultad para relacionarse con ella.