Milagro en Milán
Viendo la ubicación cronológica de Milagro en Milán en la filmografía de su director, es fácil caer en la tentación de atribuir al décimo largometraje de Vittorio De Sica la búsqueda de un tono más amable en su retrato de las penosa situación de la sociedad de posguerra italiana, como si De Sica, al llevar a la pantalla el guion originalmente escrito por Cesare Zavattini en 1940, hubiera querido darse un pequeño respiro entre la dramática emotividad de Ladrón de bicicletas